jueves, 5 de octubre de 2017

"¡ACÁ NO SE RINDE NADIE, MIERDA ", el grito del soldado Hermindo Luna antes de que lo mataran en la Operación Primicia



El soldado Hermindo Luna, un criollo de 21 años nacido y criado en el campo formoseño, está sentado en un sillón con su fusil sobre las piernas; tiene la misión de vigilar el dormitorio donde sus compañeros duermen la siesta aquel domingo 5 de octubre de 1975. Todos están de retén; es decir, de reserva, listos para actuar en un caso imprevisto, por ejemplo si a la guerrilla se le ocurre atacarlos, algo poco probable porque solo cumplen con el servicio militar obligatorio en la periferia olvidada del país, en un cuartel en los suburbios de la ciudad de Formosa.
Sin embargo, a las cuatro y media de la tarde Luna ve que dos jóvenes como él, vestidos de azul, armados también con FAL, entran pateando el portón y le gritan: "Rendíte, dame el arma, que la cosa no es con vos". Pero, Luna lanza una frase destinada a perdurar: "¡Acá no se rinde nadie, mierda!", salta hacia un costado y prepara su fusil.
No alcanza a usarlo: unos disparos de FAL lo parten en dos. Su gesto, sin embargo, sirve para alertar al resto de sus compañeros, que se despiertan por el ruido de esos balazos y pueden huir hacia el fondo de la cuadra, donde están los baños y las duchas.
Parece una escena de una película pero fue real. Luna quedó tendido en el suelo, el cuerpo cortado en dos, las vísceras que se escurrían por los agujeros de los balazos. Murió de a poco, gritando de dolor que lo mataran de una vez. Seguramente, tuvo tiempo de pensar en sus padres, esos campesinos pobres de Las Lomitas, que eran "peronistas de Perón y Evita", como decía su hijo conscripto.
Todo eso ocurrió hace cuarenta y dos años durante la llamada Operación Primicia, el ataque más espectacular de la guerrilla y el bautismo de fuego del Ejército Montonero, en pleno gobierno constitucional de la presidenta Isabel Perón.
Fue el primer ataque de Montoneros a un cuartel del Ejército, cuyo jefe ya era el general Jorge Videla. Fue el tema de mi libro Operación Primicia. Hubo, en total, veintiocho muertos por lo cual la operación provocó una conmoción a nivel nacional.

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